1 nov 2020

...Y Carmena

 

Dorothea Tanning: Eine kleine nachtmusik

Sólo un par de días después de que publicara mi post Los griegos, las repúblicas urbanas y el CGPJ apareció en El País una tribuna firmada por Manuela Carmena, No lo sigamos haciendo así, en la que coincide conmigo en el diagnóstico pero no en la solución.

Ciertamente resulta escandaloso que los partidos (PSOE, PP) hablen sin cortarse un pelo del “reparto” que ha quedado bloqueado, culpándose mutuamente, pero sin plantearse en ningún momento devolver a las Cortes la misión que les corresponde constitucionalmente de elegir a los miembros del CGPJ. Piensan, visualizan al Congreso y al Senado como instrumentos para sus equívocos fines pero de ningún modo como protagonistas de ese cometido. Por nuestra parte, en lugar de lamentar que el ominoso “reparto” esté empantanado deberíamos alarmarnos por la prepotencia de los partidos que han convertido semejante “apaño” en normal. A eso me refería cuando en mi post anterior decía que habían hecho presa en la justicia, en ese afán imparable por llevar agua a su molino.

La democracia es un sistema delicado que no se sostiene sólo porque haya una constitución que fragmente el poder, establezca unos equilibrios, formule principios y decrete normas de funcionamiento, sobre el papel, naturalmente, se necesita además una masa crítica ciudadana imbuida de fe democrática, que existe, o eso quiero creer, y unos partidos que antepongan la salud del sistema sobre el afán de consolidar e incrementar el poder de su propia organización. Y, lamentablemente, eso no existe.

Me he referido antes al PP y PSOE como principales hacedores del despropósito pero ahí está UP calladitos (o calladitas si respetamos la concordancia) en el gobierno sin que hayan dicho esta boca es mía salvo para increpar a la derecha, o sea entrando con convicción en el juego. Por supuesto los nacionalistas andarán bajo la mesa, cuando la haya, amenazando los tobillos de los negociadores hasta que cojan alguna pieza que caiga.

¿Cuál es la solución que propone Carmena? Que hagan un buen examen de conciencia, un sincero propósito de la enmienda y sean buenos de una vez por todas, porque la ley en vigor no habla de repartos sino de elección y es buena hasta rabiar. Es una conclusión que eleva el espíritu a cualquiera, suponiendo que eso exista. Pero ya los griegos, como decía en mi post, recelaban de las buenas intenciones y de los partidos, todo hay que decirlo, y por eso introdujeron el sorteo. No digo yo que haya que prescindir de los partidos para todo, pero sí cortarles las uñas, apartarlos de aquello en que patinaron, como es el caso, y mandarlos al rincón de pensar.

La verdad, no sé cómo podría hacerse, pero haya o no acuerdo en el reparto de ahora sería muy eficaz y provechoso pensar en mañana porque el afán por magnificar el interés propio es imparable y cada día se dispara desde la cota alcanzada el anterior. El daño que se puede causar por esta querencia es observable en el seno de los propios partidos ya que el asunto se presenta con estructura fractal, para más inri; así, aplicando la lupa véase como los líderes del PP han llevado a su organización a los bordes del vertedero por la pasta y el figurar, que tanto mola; cómo Sánchez ha vaciado a su partido de sustancia, probablemente irrecuperable, apoyándose en los votos de los militantes en una treta populista muy fashion; cómo los que manejan UP que se cuentan con los dedos de una mano y sobran tres trituran a la izquierda alternativa, a la que se supone que apadrinan, en variopintas maniobras del más depurado corte leninista; cómo Rivera asestó a los suyos un mazazo mortal por haber desarrollado una ridícula y arrolladora ambición personal que desbordaba sus capacidades…

¿Más datos?

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