A propósito de la presentación de los
balances trimestrales en la banca francesa el economista Philippe Herlim
escribe en “Atlantico” cómo los bancos manipulan sus resultados.
No sabía yo que la contabilidad era un
arte de la especie del ilusionismo ya que a primera vista parece una práctica
prosaica y aburridísima. Nada más lejos de la realidad. Un resumen de lo que
cuenta Herlim de los bancos galos, extensible a los españoles, americanos,
etc., os sacará del error, si es que pensabais lo que yo, y os inducirá a la
sincera admiración de tan mágica disciplina, como me ocurriera a mí mismo.
Es evidente, aparte de lamentable, que éste trimestre no
ha sido en la banca de inversión como para tirar cohetes. BNP Paribas, el más
importante banco francés ha anunciado un descenso de sus beneficios netos que
supera el setenta por ciento, aunque asegura que más de la mitad de la
reducción se debe a la depreciación de la deuda griega. Con todo, sus
ingenieros contables todavía pueden presentar unos beneficios de 786 millones
de €, incluyendo la“revalorización de la deuda propia” (245 millones €). Aquí
habrá que hacer una parada porque suena rarito ¿De verdad se ha revalorizado la
deuda de alguien?
Uno de los procedimientos que los bancos utilizan para
obtener pasta con la que funcionar, ya que el mercado interbancario está
atascado por haber desaparecido la confianza mutua (ellos sabrán por qué) es la
emisión de deuda. Justo como hacen los Estados, solo que en este caso se llama
“deuda soberana”,en forma de “bonos” o “letras”, y en aquel “deuda
corporativa”, en forma de“obligaciones”. Si un banco emite obligaciones que
valen 100, quien las compre pagará esa cantidad al banco, recibirá un cupón
anual (interés) y esperará el reintegro del capital al final del proceso.
Como los bancos las están pasando canutas y su futuro
inspira cierto recelo la deuda se ha depreciado y si el comprador quiere
venderla en el mercado secundario no podrá hacerlo, pongamos, por más de 60. Si
el banco comprara todas esas obligaciones a 60, como dice el mercado, habría
obtenido por arte de birlibirloque un beneficio del 40%. Y eso es lo que hace,
sólo que virtualmente. Por supuesto su situación ni siquiera le permite
realizar esta operación, su caja no está para ejercicio tan potente; pero, como
aquí todo es virtual (incluido el dinero) lo registra “como si” lo hiciera, y,
en el caso de BNP Paribas, se apunta 245 millones en concepto de
“revalorización de la deuda”, cuando lo que hubo en el mundo real (¿quién se
toma hoy en serio a la realidad?) fue una depreciación y, por tanto, fueron
pérdidas, no ganancias lo que se obtuvieron. ¿Hay quién dé más?
Apunta Philippe Herlin, que si Grecia, cuya deuda
(350.000 millones) se depreció en un 50%, hiciera lo mismo podría no sólo
beneficiarse de la reducción sino anotarla como ingreso en sus presupuestos
(175.000 millones). Desternillante.
Lo curioso del asunto es que tan brillante operación de
magia contable no es fraudulenta, como algún ingenuo habrá supuesto, sino que
es práctica habitual y legal en la banca europea y americana, amén de virtuosa
(tiene la virtud de permitir a los bancos presentar bonitas cuentas de
resultados, de lo que se sigue el pago de sustanciosos bonus a sus directivos).
Además la magia divierte y fascina a todo el mundo Aplausos.
2 comentarios:
Lo que está claro es que si el papel lo aguanta todo, los números permiten todavía más posibilidades de juego, y la Teoría de juegos da para mucho !
Saludos
Mark de Zabaleta
¿Puede llegar todo este proceso a crear una "burbuja" financiera, que nos estalle en las manos como la del ladrillo? Si es así, ¿significará eso el "fin del mundo" que tanto temíamos de niños hasta perder el sueño a veces? Salud(os).
P.S.: Se me olvidó decirte en mi anterior comentario que los asuntos referentes a lengua y comunicación los meto ya todos en un blog que he refundado: jaramito.blogspot.com. Ahí si que podrás meter tu pluma (supongo) cuando quieras. Si ya te lo dije, perdona mi "ranciería".
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