Zapatero |
En las repúblicas urbanas los gremios fueron protagonistas
decisivos; también en el tira y afloja de los monarcas con la nobleza, contribuyendo
a inclinar la balanza a favor de los primeros y, a la larga, a inventar los
estados modernos. Organizados pronto los estados nacionales según los
presupuestos del capitalismo liberal, percibieron enseguida al gremialismo como un factor
de retardo, por lo que en todas partes las leyes lo combatieron con mayor o
menor contundencia. La última vez que se puso de moda fue en aras del populismo
fascista (corporativismo mussoliniano o franquista) aunque como suele ocurrir
con todo populismo tenía mucho más de falaz que de apuesta sincera. En el S. XX
era ya una fórmula superada, como otras muchas que el discurrir económico había
relegado al baúl de los recuerdos. Puede atraer y alimentar sentimientos
nostálgicos o equívocas propuestas en momentos puntuales, pero ya es ceniza.