Que todos los humanos somos hermanos es algo que hemos oído infinidad de veces y que tenemos asumido como un mandato moral más que como una realidad material. Hoy la ciencia genética lo ha convertido en una verdad indiscutible al detectar a una ‘eva’ ancestral que vivió hace unos 150.000 años en alguna región de África oriental. Es nuestra antepasada común más próxima, la tatarabuela global. Por supuesto que no era la única persona que poblaba la Tierra en ese momento y que hubo otras muchísimas contemporáneas y anteriores, pero su descendencia es la que puebla hoy todo el planeta. En Cambio el ancestro varón más próximo se ha situado hace tan sólo 60.000 o 70.000 años, aunque en el mismo lugar –el por qué de la diferencia se me escapa: quizá por el diferente método de rastreo empleado para unos y otras (ADN mitocondrial para ellas y ADN cromosómico para nosotros), o porque el varón puede tener una descendencia muy numerosa mientras que en la mujer está limitada a unos 15 vástagos como máximo, no sé–.
Es uno de los resultados del ‘Proyecto Genográfico’ que se inició hace 5 años y que deberá concluir en éste. Para llevarlo a término se han analizado más de 100.000 muestras de ADN obtenidas en todos los rincones del planeta. Con los resultados se está elaborando un mapa de las migraciones humanas, ya que es posible detectar en qué lugar se encontraba el primer portador de una de las numerosísimas mutaciones que se generan en el ADN al replicarse y recombinarse el procedente del padre y de la madre en cada generación. A nivel individual nos permite saber de donde procedían nuestros ancestros de hace miles de años, a nivel colectivo podremos ratificar o desechar multitud de teorías o creencias sobre nuestra historia, enterrar prejuicios asumidos acríticamente, conocernos mejor.
Por lo pronto queda descartada la teoría poligenista –la especie humana tuvo varios orígenes distintos–, en la que se sustentaban todos los racismos. Es más, la emigración de los sucesores de la ‘eva mitocondrial’ o del ‘adán cromosómico’ pobló el mundo, pero se toparon con otra especie homo, los neandertales, más primitivos y que a la larga desaparecieron, pero con los que convivieron y a veces se mezclaron, como demuestra el que por todas partes se hayan detectado huellas del ADN neandertal, excepto entre la población subsahariana que al permanecer en África no tuvo contacto con ellos; así que los homo sapiens más puros son los negros africanos. Hemos sabido también que la distinción entre bereberes y árabes en el norte de África es una discriminación de clase con apoyo ideológico, pero no genética, ya que no hay huellas de una invasión árabe significativa. Esperamos saber igualmente si los acontecimientos del 700 en la Península habrá que contarlos sin invasión o con invasión, y de quién. Se ha confirmado que los pobladores de la misteriosa Isla de Pascua procedían de Polinesia y no de América, como querían algunos. Podríamos enterarnos por fin de si los palestinos masacrados por Israel en su propia tierra son quizá los descendientes islamizados de los judíos antiguos y si los judíos que hoy los expolian, especialmente askenazis, descienden en realidad de europeos judaizados. Son cuestiones llamativas, pero hay otras muchas menos impactantes y, sin embargo, decisivas para ir completando el conocimiento de nuestro pasado.
Después de que se publiquen los resultados y se complete el mapa migratorio quedará tiempo aún para que se vaya asimilando e integrando en la investigación histórica todo lo hallado. Sin duda es una valiosísima nueva herramienta que dará un impulso decisivo a las ciencias del hombre. Existe una página web de National Geographic, entidad que lleva a cabo el estudio, que incluso permite participar en él aportando el ADN propio, (https://genographic.nationalgeographic.com), además de proporcionar una información muy interesante y de fácil acceso y comprensión.
1 comentario:
Me quedo con una frase: "Sin duda es una valiosísima nueva herramienta que dará un impulso decisivo a las ciencias del hombre". Y se me despierta un temor: ¿no utilizarán algunos -los de siempre- estos nuevos datos para fundar un nuevo racismo?
Muy buen artículo. Saludos.
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