Cuando Pilatos ofreció la libertad de Jesús dando a elegir entre
él y un asesino convicto para ser indultado, las masas allí concentradas no lo
dudaron, eligieron a Barrabás. Los evangelios no aclaran el desaguisado y los
que nos educamos (¿?) con él (y con otros muchos por el estilo que nos ofrecen
las Escrituras) jamás resolvimos el dilema, así que tampoco superamos nunca el
trauma intelectual o moral derivado. Personalmente, con el tiempo, acabé
perdiendo la fe en Dios, en la justicia y en las masas.
Las masas nacieron a
la moda a principios del veinte, junto al charleston y las faldas
cortas, y hacían furor en los años treinta, unas veces como amenaza (Ortega
especuló sobre La rebelión de las masas),
otras como víctima («Las masas son un inventó de la burguesía para atropellarlas mejor», ironizó Machado). Pocos intelectuales se privaron de
largar sobre ellas. Fuera de la pluma de los estudiosos, en política, fueron
protagonistas destacadas en las tragedias bufas fascista y soviética (no me
reprochéis haber emparejado tragedia
y bufa, reparad en que después dice fascista y soviética).
Hoy, en la postmodernidad, el concepto está desfasado, es
retro. Por unanimidad hemos llegado a la conclusión de que las masas no son de
fiar, así que cambiamos las palabras y modificamos el concepto. Multitud o muchedumbre parecen más apropiados, ambos conservan algo de la
individualidad que en la masa se había perdido por completo. Los filósofos que nos
tocaron como compañeros de generación (esta especie suele ser tan incordio como
los compañeros de piso) no paran de darle vueltas a los términos para
encajarles el concepto aliñado al gusto de hoy. Noble ocupación donde las haya,
la lengua se nos queda atrás cada dos por tres.
En fin, si la evolución del leguaje tiene algo que ver con
la realidad, habrá que felicitarse, aunque sin echar las campanas al vuelo: las
masas siguen ahí, como el dinosaurio de Monterroso. Espero su última salida a
escena en las próximas elecciones. Estoy preparado para todo.
1 comentario:
El hombre es un lobo para el hombre..."Homo homini lupus"
(Thomas Hobbes)
Saludos
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