No lo puedo evitar, a mí Bárcenas me cae bien. Quizás tenga
todavía grabado en algún pliegue de la conciencia aquello tan subversivo:
«Bienaventurados los que sufren persecución de la justicia porque de ellos es
el reino de los cielos» (el desprestigio de las instituciones viene de lejos).
Por muchas vueltas que le dé no veo en él más que a un militante fiel que
prestó su nombre para guardar bajo siete llaves y con riesgo de su integridad
jurídica la pasta que el partido lograba con trapacerías inconfesables. Si,
descubierto el pastel, todos dicen «eso no es nuestro, lo habrá robado Luis el
Cabrón» (alias cariñoso que le daban sus compis) ¿quién puede reprocharle que
intente quedárselo aunque tenga que pasar a la sombra una temporada? Y si a alguien
le parece demasiado que además del reino de los cielos se quede con una bonita propina que se lo haga mirar, lo
mismo es envidia y se está ganando un huequecito en las calderas de Pedro
Botero.
27 abr 2015
21 abr 2015
Para no ser un idiota
Un idiota es un tonto, alguien que tiene sus facultades
intelectivas disminuidas. Pero el vocablo lo heredamos de los griegos (ἰδιώτης) que lo aplicaban a
aquel individuo que se desentendía de las cosas públicas, de la política, y
sólo se ocupaba de sus asuntos. Ha cambiado mucho todo, hoy se la endosamos al
que no se ocupa de lo suyo y, si me apuráis, al que se interesa por ella, por
la política. Mantenemos la palabreja pero le dimos la vuelta a su significado. Y
es que también cambiamos el modo de hacer política: sin perder el control, o
eso esperamos, la ejercemos por procuración, lo que nos permite no abandonar lo
propio. No contamos, como aquellos atenienses, con un ejército de esclavos o
prójimos de menos derechos (mujeres, extranjeros) que se ocupen de las tareas
prácticas y productivas, ni con unas minas de plata a las afueras (Laurion, Λαύριον), de explotación gratuita (esclavos
otra vez), para alimentar las arcas del Estado. Los poquitos que el sistema
liberaba de la penosa tarea de arreglárselas para vivir dedicaban su tiempo a
la política, la filosofía, el arte y el gimnasio, donde se preparaban para la
guerra, que proporcionaba más esclavos. El lado oscuro de la democracia ateniense.
16 abr 2015
Política fashion
No sé cuál es el mecanismo psicológico que nos encadena a la
moda pero debe ser poderoso a juzgar por los resultados: no hay humano que se
resista a la fuerza gravitatoria de lo que se lleva. Es especialmente visible
en los trapos y aditamentos con que protegemos y adornamos nuestro cuerpo
serrano, también es donde más velozmente puede variar y donde se ha instituido
todo un ritual de cambio en cada temporada (año o estación); pero alcanza a todos
los aspectos de la actividad humana, desde los más frívolos a los más serios, desde
la pública a la más recóndita e íntima. A la política también.
14 abr 2015
Fronteras
La mente, la conciencia, o ambas cosas, que seguramente son
lo mismo, son vulnerables y maleables en extremo por efecto del entorno. Ortega
en su etapa perspectivista incluyó a
las ‘circunstancias’ en la esencia del yo («Yo
soy yo y mi circunstancia» en Meditaciones
del Quijote). Una de las circunstancias siempre presentes en el hombre
moderno desde hace no pocos siglos es vivir en espacios limitados por las
fronteras artificiales que crean los Estados. A un lado y otro de la raya
fronteriza la vida toma rumbos distintos, marcada por intereses divergentes,
leyes discordes, hábitos, lenguas, monedas... dispares hasta hacer ajenos a
los que antes de su trazado eran próximos y, como tales, cooperaban y se
entendían.
6 abr 2015
Capitalismo y democracia
Escribía en el post anterior sobre democracia y capitalismo,
estableciendo una vinculación entre ambos que, si no es mecánica, de causa y
efecto, hay demasiados casos en contra (fascismos), sí que es algo más que
histórica. Además proponía ejemplos de su presencia en otros sistemas, si bien
en esos casos se percibe la inevitable presencia de clases medias mercantiles
que por razones varias, que sería prolijo señalar ahora, habían proliferado y
prosperado ¿No merecerían tales situaciones la consideración de protocapitalistas?.
1 abr 2015
Montesquieu vive
Existen mil y un
sistemas de participación política de la ciudadanía en la cosa pública, casi tantos
como instituciones o Estados. Todos se han escogido porque se consideraron los
mejores para aquella situación. Otra cosa es quién o quiénes hayan sido los evaluadores.
Pero es obvio que un sistema, del que se ha comprobado su eficiencia en
determinado ambiente (socio-económico-cultural) no es trasplantable, sin más, a
otro: después de lo visto en los últimos años muchos rezan porque Marruecos no se vea forzado a experimentar con la primavera y conserve su régimen otoñal de despotismo
(¿ilustrado?) teocrático moderado con ribetes democráticos. Sé que esto suena a
Montesquieu, que le vamos a hacer, pero si esperáis un poco os va a sonar más.
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