Una cosa es amar a los
pobres y otra detestar la pobreza. Se puede practicar la caridad tratando de
mitigar el sufrimiento que la pobreza genera en las personas: amor a los
pobres; y se pueden crear, apoyar, exigir las medidas estructurales de cambio
social que permitan erradicar la desigualdad, el dominio económico de unos
sobre otros: repudio de la pobreza. Nadie duda que la iglesia practique y promueva el amor a los pobres. Los
ejemplos son múltiples en la historia y en el presente. No seré yo quien le quite
ese mérito. También es cierto que la bendita práctica ha sido utilizada más
veces de las deseables con fines espurios: bien para el proselitismo, o bien para
desarmar actitudes de rebeldía potencialmente peligrosas para la conservación
del statu quo social. Pero ese es otro debate. Lo que suscita dudas, por
decirlo con suavidad, es que la prédica del amor a los pobres se complemente con
la condena de la pobreza, y mucho menos con la acción positiva por su
erradicación definitiva.
27 abr 2013
23 abr 2013
¿Calentamiento global?
9 abr 2013
Reflexiones sobre la democracia (9)
Las democracias realmente
existentes pueden presentarse con multitud de formas y colores: monarquías
constitucionales, como las que pertenecen a la UE; sistemas parlamentarios, en
los que el legislativo es hegemónico; regímenes presidencialistas con fuerte
separación de poderes, caso de EE.UU… En todas ellas la organización
territorial (del centralismo francés a la confederación helvética, pasando por
toda suerte de federalismos) y los métodos electorales (mayoritarios,
proporcionales, mixtos…) son igualmente variopintos. La presencia de los
partidos es universal pero en unas son meras plataformas electorales mientras
que en otras están fuertemente disciplinados y su poder desborda las
instituciones políticas inundando secciones de la maquinaria social.
5 abr 2013
Todo lo que era sólido
La cita de Joseph Conrad con la
que se abre el libro, «Es
extraordinario como pasamos por la vida con los ojos entrecerrados, los oídos
entorpecidos, los pensamientos aletargados», nos pone inmediatamente en la
pista que desvela la perspectiva desde la que Muñoz Molina reflexiona y escribe
este ensayo, que no dudo en calificar, de entrada, como excepcional, lúcido,
sincero hasta la incomodidad y revelador en el sentido en el que en una
película fotográfica se revelan las imágenes que un instante antes permanecían
invisibles para nuestros ojos.
1 abr 2013
La ciencia y la vida eterna
La
fundación de John Templeton (Templeton Fundation) residenciada en USA emplea sus
cuantiosos fondos a la titánica, y se me antoja que inútil, tarea de compaginar
ciencia y religión. Hace unos años dediqué un post, con el que me divertí
bastante, a un famoso experimento
de la oración, que financió esa institución y Dawkins había contado en El Espejismo
de Dios, en donde tuve noticia de él. Estos días recoge la prensa
que la misma institución dedicará varios millones de dólares a una nueva
investigación, ahora sobre si existe la vida de ultratumba y los “espacios” en
que se desarrolla: cielo, infierno, purgatorio, karma… La verdad es que me cae
simpático el empeño aunque sólo sea porque pone los pelos de punta a los
creyentes fundamentalistas que ven en él blasfemia más que interés científico o,
lo que fue quizás la intención inicial del fundador, el intento de liberar a la
religión de la hojarasca supersticiosa más tosca.
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