Diez años después de que las monedas nacionales europeas se convirtieran en fracciones del Euro y éste en la moneda única, se ve abocado a la prueba de fuego sobre su viabilidad: la recesión. En el momento de su implantación, Milton Friedman, premio Nobel de economía y uno de los padres del neoliberalismo hoy en ruinas, respondió con cierta retranca a preguntas de los periodistas sobre el futuro del Euro, asegurando que se vería cuando Europa se enfrentara a una recesión. Ya estamos en ella, precisamente por la debacle causada en América por los que siguieron sus tesis ultraliberales, y el Euro se ha convertido en la moneda de referencia porque su salud, al menos de momento, no ha sido afectada en modo alguno.
La peseta sufrió en los últimos años de su historia el ataque de la especulación, muy especialmente en los años noventa, lo que colocó a la moneda y a la economía española en general en situaciones muy difíciles. Los periodos de crisis fueron los más propicios para tales acciones (1973, 1992). La debilidad de nuestra anterior divisa en momentos difíciles derivaba de la economía que la sustentaba, pero como se está viendo en el momento actual ni las grandes potencias escapan a estas situaciones de crisis, conservando la fortaleza de sus monedas.
La FED (Reserva federal), el equivalente americano al BCE en el caso de Europa o al Banco de España en el caso de nuestro país, se ha quedado sin margen de maniobra al rebajar el precio del dinero al 0%, ya sólo le queda el recurso a poner en marcha la máquina de fabricar billetes, tosco procedimiento de reactivación, como es sabido, de nefastas consecuencias; es evidente que la moneda americana no está en su mejor momento. En el Reino Unido las dificultades económicas han afectado gravemente a la Libra, y la situación de ésta empieza a ser un lastre para la recuperación. Otros países de menor entidad, no protegidos por el euro, pasan dificultades enormes: Islandia, técnicamente en bancarrota, ha visto hundirse su moneda a la vez que su envidiable bienestar económico. Lituania, Hungría, hasta Dinamarca, tienen problemas que se están atajando incluso con la intervención en última estancia del FMI.
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En las gráficas anteriores se puede ver la evolución de la relación del euro con la libra y el dólar, en ambos casos es apreciable el fortalecimiento de la moneda europea o, lo que es lo mismo el debilitamiento relativo del dólar y la libra.
No sabemos que nos depará el futuro inmediato a este respecto, pero podemos intuir de lo que hemos escapado por haber logrado la integración en la moneda europea en el momento en que lo hicimos. Los españoles, y todos los europeos, lo reconozcan o no, tenemos motivos para felicitarnos por la construcción de la Unión Europea.
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