En 2014 al-Baghdadí, jefe del neonato Estado Islámico (EI), fue proclamado califa en Mosul después de 90 años de interregno desde la deposición del último de la serie turca. Los
califas fueron los sucesores de Mahoma como jefes políticos y espirituales de
la Umma, comunidad de los creyentes. Una situación prácticamente
idéntica a los papas de Roma, vicarios de Cristo y jefes de estado, más o menos
poderosos según las circunstancias, desde la desaparición del Imperio Romano.
30 nov 2015
28 nov 2015
La coherencia de la extrema izquierda
Es difícil abrir un periódico sin que pueda uno leer aquello
de que la CUP, con sus exigencias radicales, es el único partido coherente del
batiburrillo político catalán. Lo mismo podía decirse del primer Podemos. Lo
mismo se ha dicho siempre de cualquier radicalismo. Desde una proposición que
no ve más solución que hacer tabla rasa, no dejar ni las raíces, cualquier
solución que se base en el consenso, la negociación o el respeto a posiciones
no concordantes y a los caminos ya transitados, son sólo componendas, cuando no
corruptelas o traiciones. Nada más fácil que ser coherente cuando sólo se
atiende a un constructo ideológico abstracto, por mucho que sus partidarios
aleguen que nace de un análisis previo y, por supuesto, certero de la realidad.
17 nov 2015
Guerra de religión
Quizás sea cierto lo que dicen responsables políticos y
algunos progres a la violeta, esta vez de acuerdo, sobre que la religión no es
el móvil de los crímenes del yihadismo; pero, al menos, es la coartada, y hasta
es lícito preguntarse si no está ahí para serlo. No hay acción humana que tenga
una sola motivación. La complejidad de la conciencia y de la sociedad, su
estructura y su evolución, lo impiden. Pero no quitemos importancia al
protagonismo que los propios ejecutores de las fechorías dan a los gestos
religiosos.
15 nov 2015
El hecho diferencial
Estamos acostumbrados (iba a decir hasta las narices) de
hechos diferenciales aquí en nuestro país, ¿o quizás debería decir países? Bueno,
aquí. Sin embargo, permitidme el casticismo, en todas partes cuecen habas. David
Cameron, que desconfía de los catalanes por el rollo de Escocia, recurre a lo
mismo para chantajear a la UE, reclamando, no ya un trato diferencial, que lo
tiene, sino una completa reforma (hacia atrás) de los tratados para acomodarlos
a su supuesta peculiar condición o, de lo contrario, se darían el piro. Desconectarían,
que se dice ahora. Se pone duro con la UE para ganar el referéndum que tiene
convocado, o convocó el referéndum para ponerse duro. El caso es que a quien la
situación se le pone cruda es a los demás por el peso de Inglaterra y porque
sería un peligroso precedente. ¿No es lo mismo con Cataluña?
11 nov 2015
Una más para el mar de dudas
Acabo de leer un extraordinario artículo de J. Pérez Royo (Reino
de España: la reforma constitucional imposible, 8/11/2015), en él que analiza
cómo la sentencia del T.C. de 2010 sobre el Estatut
rompió el pacto constitucional y funcionó como un golpe de Estado que dejó a la
Constitución fuera de servicio:
«Desde
que el Tribunal Constitucional dictó la STC 31/2010 España carece de "constitución
territorial". Formalmente tiene la misma Constitución y los mismos
Estatutos de Autonomía que tenía antes de que la sentencia fuera dictada, pero
materialmente nos hemos quedado sin Constitución»
4 nov 2015
Ignorancia, populismo y política
Vivimos una época privilegiada por
la abundancia de información y el acceso a la educación más alta para el mayor
número de gente que haya existido nunca. Sin embargo, paradójicamente, el oscurantismo,
el conocimiento esotérico, la tecnofobia, la desconfianza hacia la ciencia, la
superstición… crecen, si no al mismo ritmo sí de manera excesiva. Lo
verdaderamente lamentable es que, como la política se corrompe con facilidad, y
no sólo por el dinero, desde las instancias de poder se propician a veces actitudes
que tienen que ver con esas formas pervertidas de conocimiento.
1 nov 2015
La CUP
Los marxistas clásicos pensaban que la mundialización de la
revolución no sería posible si no comenzaba en el corazón del sistema
capitalista. Sin embargo triunfó en Rusia. Durante el breve mandato de Lenin esa
idea le llevó a estimular y sostener cualquier impulso revolucionario en las
potencias del centro (Alemania, Reino Unido, Francia…), convencido de que la
propia revolución soviética carecía de futuro si no se lograba el estallido en
la Europa occidental industrializada. Los esfuerzos resultaron fallidos, por lo
que el comunismo soviético se bunkerizó para sobrevivir y los éxitos revolucionarios se
limitaron a algunas zonas de la periferia, cada vez más raras y aisladas a
partir de los sesenta. Al final del siglo la revolución era un recuerdo.
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